La Terraza

 

La Terraza
Paisajes tan distintos como trajes y en medio del camino tantas gentes como vidas. Con sus risas, idas y venidas.
Tumulto de problemas sin más fórmula que la vida misma.
Algunas risas de fondo alegran la terraza allá en el fondo.
Entre mesas y mesas del bar  unos vienen y otros van. Así  juega el tiempo siempre a su favor.
A mi izquierda una pareja hablando de lo menos importante. Palabras con el fondo del ritmo de lo irrelevante.
Y mientras la vida sigue su paso hacia delante.
El camarero siempre corriendo para llegar a las mesa el primero, sin entender que no hay más prisa que el disfrutar de la vida sin prisas.
PD: Esto es lo que veo o no veo sentado en dicha terraza.

Aplausos

PANDEMIA

Valentía que proviene del día a día.

Tiempos donde nos resignamos al resorte de la suerte para esquivar a la muerte.

La torna del merecer de los aplausos ha cambiado su curso, ya no se los lleva el futbolista o el ganador de este y tal concurso.

Son momentos en los cuales cualquiera que salga a la calle a ejercer su profesión se merece una ovación.

Esta pandemia no morirá de anemia, virulenta y cruenta se nos enfrenta. Y las lágrimas ya no cuentan. Se lleva de primero a ancianos con el simple chasquido de los dedos de una mano, a los que tienen otras patologías les amenaza con volver otro día. Y así vivimos castigados esperando el indulto en forma de vacuna.

Yo aplaudo por todos.

Soy sanitario, y agradezco cada aplauso. Pero pecaríamos de egoístas si no añadiésemos a todos a esa larga lista merecedores de tan bonito agradecimiento.

Son muchas las que cada día ejercen su pequeña lucha. Sea la profesión que sea. Estoy agradecido a tanta gente invisible que va a hacer que el vencer a esto sea posible. Todas somos grandes héroes. Tanto el que sin trabajo ha hecho de su trabajo quedarse en casa y pelear desde sus balcones dando luz y alegría a estos terribles días, como el que por su trabajo baja cada día abajo a ejercer su trabajo.

No puedo negar que en mi corazón llevo cada día a la residencia un pequeño rincón de miedo. Pero esto es vocacional, todos sabemos que al llegar a casa después de intensas jornadas de trabajo el miedo deja paso a esa gran sensación que produce el saber que has dado si cabe más valor a esas dos palabras tan bonitas en este sector como son cuidar y ayudar.

¿No sé cuántos caeremos? Lo que no dudo es que la venceremos.

Toni Mascaró

Un timo llamado destino

UN TIMO LLAMADO DESTINO

Tan cercano como la sonrisa del que siempre guarda algo entre manos.

Tan certera como la rabia de aquel al cual el destino le roba la cartera.

Experta en la paciencia espera su momento con impaciencia. Sabedora que su fuerte no es la Ciencia, se siente más agusto de la mano de ese timo llamado destino.

Sueños, besos y promesas se escurren por la vieja mesa.

Queriendo llegar, nunca llegó a verla venir.

Hoy postrado en su cama ve como la vida se le acaba.

Y es que así es la vida. 

Un billete de ida que si no lo disfrutas es una vida perdida…….

H

Esclerosis

ESCLEROSIS

Sentir lo que no se siente así es la esclerosis siempre presente.

Depender sin ofender para cualquier movimiento sea rápido o lento, estés triste o contento.

Diagnóstico con sabor a herida profunda que bajo la cuenta atrás su alma enfunda en forma de verdad rotunda.

Ante ti esa montaña y detrás de ti tantos sueños por vivir que ya no tienen cabida en esa pequeña mochila que es el día a día.

Ninguna enfermedad fue justa, pero algunas con solo oír su nombre el futuro se asusta.

Sin saber cuál será el último paso, salto o sencillamente levantarse y desperezarse, se va quedando preso nunca ileso del paso erguido de las agujas de algún viejo reloj

Sentimientos de culpa y de carga los que el azar al destino le encarga, y así sin avisar caprichoso se adentra en tu cuerpo sin mas llaves que un fatídico destino.

Se arropa en su propio miedo. Solo en las largas noches de la mano de un buen sueño deja de lado al miedo y cabalga por esa vida en la   que solo los sueños pueden presumir de no tener dueño y por tanto la enfermedad por mucho que se empeñe en avanzar nunca sus sueños consigue arrebatar.

Dejar de correr, saltar y caminar. Y aun así levantarte cada día como ese boxeador tantas veces noqueado, pero jamás acabado.

Sois pequeños héroes a los que la enfermedad os ha arrebato tantas cosas.

Pero por terca y traicionera que sea jamás os quitara la sonrisa.

Podrá secuestrarla o quizás disfrazarla que  vosotros ávidos guerreros volveréis de la mano de la ilusión a rescatarla.

PD: Es mi pequeño homenaje a esas personas a las cuales la esclerosis se presentó en sus vidas.

Su sueño

Soñó con volver a ser ese niño ingenuo donde  la vida era un juego y nada estaba en juego.

La envidia se vestía de inocencia para al pasar de los años dejarla  en evidencia.

Volver a soplar esas velas en la tarta sin el cansancio de una vida con aroma a rancio

Ilusionarse sin agobiarse frente a tantos miedos acumulados y recuerdos anulados sin más acuerdo del que se sabe cuerdo.

Volvería a ser amigo del día y dormiría de la malo de la noche. 

Los secretos volverían a ser secretos.

Las mentiras pequeñas tiras finas de serpentinas

Nunca tuvo vocación de actor en esta vida repleta de papeles. Tantos como.muros y paredes.

Buenas noches y felices sueños.

Un verano, solo eso, un verano….

Un verano, solo eso, un verano….

Tan cerca como ese barco que jamás toca puerto.

Tan agusto como el invitado a disgusto.

Así pasa los días a tientas con un presente que ya nada quiere de lo pasado.

Sabedor como el buen catador que fuera de allí le espera sin duda algo mejor.

Huésped en esa  parcela de confort, y en el ambiente aquel  sabor tan rancio y húmedo que nada le divierte, reflejo  de tantos años de cansancio.

Consciente de su despedida el peso de los días los lleva con alegría, pues sabe que sin duda ya tiene despejada esa gran duda.

Su pequeño macuto se dispone a llenarlo de bonitos recuerdos, ya que nueve años dan para algo.

Hay heridas que no se cierran.

Pero el dolor se vuelve motivos

Los motivos no dan lugar al olvido.

Y el olvido se confunde con la noche hasta que llega por fín ese día en el cual el Sol brilla a despedida.

Un verano, solo un verano……

Antonio J. Mascaró

RAZONES

RAZONES

Por parte de los/as Auxiliares de Enfermería que prestamos nuestros servicios en residencias privadas es el momento de hacer valer nuestra dignidad en todos los aspectos. La mayoría llevamos décadas esperando un reconocimiento tanto en lo económico como en el aspecto social. Este sector durante la crisis siguió creciendo y esparciéndose. Basta con remontarse al año 2008 y ver el incremento de residencias del grupo en  que prestamos nuestros servicios  y centros de día. Por contrario como premio a nuestro esfuerzo solo pedirnos un mayor esfuerzo en el día a día.

Durante estos últimos ocho años nuestros salarios no han llegado a alcanzar la subida de 30€ en total. Es indignante que llamemos tanto a las puertas de las distintas administraciones como a las de la empresa. Y lo único que consigamos sean palabras de apoyo y pasarse la pelota unos a otros.

-Treinta euros en ocho años es el reconocimiento a nuestro trabajo.

-Un aumento de las ratios desde el año 2012 como premio a nuestra labor. Con el consiguiente beneficio para los mismos de siempre (empresa), en detrimento de nosotros/as (trabajadores/as).

-Los residentes que vienen derivados por parte de la administración de cada vez implican una mayor carga de trabajo debido a su alto grado de dependencia.

-Los riesgos psicosociales solo apuntan a la baja laboral como solución.

Creo sinceramente que es el momento de hacer valer todas nuestras razones. No podemos dejar pasar la oportunidad que el momento económico coyuntural que esta isla nos blinda para conseguir mejoras económicas, y a su vez avanzar en disminuir los riesgos psicosociales tan elevados en nuestra profesión.

Tenemos dos opciones:

1º Seguir otros diez años más quejándonos y lamentado nos de nuestra precaria situación. Eso si con la satisfacción que al pasar esos diez años quizás hayamos experimentado una subida de 30€.

2º Dejar nuestras diferencias personales y pedir lo que nos merecemos como BUENOS/AS PROFESIONALES.

El camino de la segunda opción por supuesto que no será fácil. Pero no debemos olvidar que somos el pilar de todo esto y sobre todo que tenemos RAZONES tan grandes como nuestros corazones.

Antonio J. Mascaró.